Calidad y condiciones ofrece la provincia
soriana en su apuesta por crecer como paraíso de la trufa negra en
España, un referente nacional en este “diamante negro”, que testimonia
este fin de semana la décimo segunda edición de la feria que sobre este
producto acoge la localidad soriana de Abejar. Viveristas,
truficultores, hosteleros, y las propias instituciones refrendan esa
vocación soriana por identificarse en el mundo a través de la trufa, un
factor de desarrollo para una provincia que tiene una gran potencialidad
en el cultivo de este producto.
Abejar, a unos 30 kilómetros de la capital
soriana, acoge una nueva edición de la Feria de la Trufa, a la que se
prevé la asistencia de 6.000 personas para participar en alguna de las
actividades programadas desde el ayuntamiento, que van de las visitas a
la plantación trufera más grande de Europa, situada en la sierra de
Cabrejas y propiedad de Arotz, a catas y concursos nacionales
gastronómicos y de caza de trufa con perros.
El presidente de la Diputación provincial de Soria, Antonio Pardo, ha
resaltado en la inauguración el deseo de todos los sectores implicados
en el mundo de la trufa en seguir apostando fuerte por un producto que
identifica a la provincia en el mundo y que puede ser, en mayor medida
que hoy, un factor de desarrollo local en un territorio ciertamente
despoblado como es la provincia soriana.
El objetivo es diseñar un producto turístico que permita atraer
visitantes de mercados internacionales con fuerte poder adquisitivo y
que facilite desestacionalizar el turismo en la provincia.
Abejar fue el municipio soriano que antes apostó por promocionar la
trufa como alternativa de desarrollo y, más de una década después, el
resultado es más que satisfactorio, en especial en el sector turístico,
ha reconocido a EFE su alcalde, Antonio Romero.
En su opinión, conseguir identificar la trufa negra de Soria, que
cuenta ya con marca registrada y sello de garantía, con una denominación
de origen o con un indicativo geográfico protegido sería un paso más
para vender mejor un recurso de calidad.
Representa el 30% de la producción nacional
“A día de hoy no abastecemos la demanda internacional que existe de
trufa. Soria representa alrededor del 30 por ciento de la producción
nacional. Las cualidades del terreno y la altitud hacen que la
maduración sea muy adecuada y con las cualidades organolécticas más
acentuadas”, ha subrayado el vicepresidente de la Federación Española de
Truficultores, Carlos Fresneda.
Esta federación está trabajando, con vistas al nuevo periodo de la
PAC (2014-2020), en aunar esfuerzos de diferentes asociaciones
nacionales (Soria, Teruel, Castellón, Valencia, Huesca) y conseguir que
la trufa española sea reconocida con denominación de origen.
Para el presidente de la Fundación Soriactiva, de Caja Rural de
Soria, es factible conseguir que la trufa soriana tenga una indicación
geográfica protegida y evitar así que vengan a Soria a comprarla para
venderla luego en otros países como si fuera del Périgord, en referencia
a la zona francesa famosa por este producto.
Soria, y con ella Castilla y León, tiene una potencialidad destacada
para acoger cultivos truferos como alternativa a la agricultura
tradicional, según ha apuntado Fresneda.
Actualmente, 70 truficultores gestionan 1.500 hectáreas de encinas
truferas en Soria, con una media de producción de 30-35 kilogramos por
hectárea y un precio en el mercado que oscila entre los 400 a 800 euros
por kilogramo.
A estas cifras hay que sumar las 114.000 hectáreas con montes de encinas
en la provincia y la posibilidad de producir trufa, pero la superficie
podría ser mayor si da sus frutos el estudio que realizará la fundación
Soriactiva sobre las posibilidades de plantaciones truferas en el canal
de regadío de Almazán.
(Foto: Efe Marina Segura Ramos)
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